jueves, 21 de abril de 2011

Diario de una chica sin nombre:

Infinita debilidad al amor.


Hoy, me siento pisada.
Cada vez me convenzo más de que soy infinitamente débil al amor. Será cuestión de personalidad, o de poca experiencia, o tal vez será producto del hecho de que no he tenido un ejemplo de amor cerca de mí desde pequeña y he crecido con el odio en su lugar.
Sé que eso puede cambiar: sé que puedo superarlo, olvidar las viejas heridas mal curadas y esforzarme por no dejar que otras personas se metan en lo más fondo de mí de manera que no sepa sacarlas. Sé que, en el fondo, puedo. Aunque, y esto supone un gran problema, siento que no tengo fuerzas para ello. Que cada nuevo momento máximo de felicidad va a conllevar otro de sufrimiento, y éste tapará al anterior y me dejará su mal sabor.
Pero de los errores, de los problemas y de las personas, se aprende y, de esta manera, se consigue valorar más los lados positivos de las cosas. Soy joven: me queda mucho aún por aprender, y hasta que mi pelo no sea blanco y mi cara se llene de arrugas, no dejaré de aprender. Puede que, incluso entonces, siga haciéndolo...

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