lunes, 31 de enero de 2011

Diario de una chica sin nombre: Crisis cuarta:

No sé si el tiempo es bueno.

Hoy, ha habido un pequeño punto final del trayecto hasta el comienzo del final -o algo así parece-. El problema es: ¿es de verdad así, o simplemente me guío por estúpidas obsesiones?
Ahora, ¿qué? Debo decidir entre seguir muriendo de rabia o arriesgarme a lanzar mi vida por la borda y perder la oportunidad de ser feliz. Entre ganar posibles remordimientos o sentir arrepentimiento. Entre seguir subida al tren, vaya a donde vaya, o arriesgarme a bajar y no poder coger otro de nuevo.
Esto es demasiado lioso...

miércoles, 26 de enero de 2011

La chica del café sin beber.



Sentada en la cafetería, siempre sin tomar nada. Se sienta recta en la mesa que se encuentra junto a la ventana y observa, sin hacer un mínimo movimiento, cómo despega cada avión y cómo se adentran en el inmenso cielo, como se pierden en la distancia. Mira los aviones en los que no subirá y en los que tampoco sueña ni piensa viajar algún día de su vida.
Acude allí cada mañana a las once en punto y no se marcha hasta que el reloj de la cafetería da las dos exactas. Como si esperara a algún conocido que se hubiera ido de viaje y aun no hubiera vuelto.
El sonido ensordecedor de las máquinas voladoras llenaba el café cada vez que despegaban y ella las seguía con la mirada cruzar la pista.
- Oye, ¿y esa chica de allí? -preguntó la limpiadora -. Siempre la veo sentada en el mismo lugar. Aquí, en el aeropuerto, es raro ver a la misma gente varios días, ¿no?
- Sí, es un poco rara. Sólo se sienta y mira hacia la ventana -respondió la camarera, mirando a la muchacha mientras secaba un vaso de cristal con el trapo.
- ¿Y la dejas estar sin consumir?
- Al principio le ofrecía café y lo aceptada, pero no se lo bebía. Para eso, la dejo estar aquí sin tomar nada y punto.
- Mmm... -rumió la trabajadora -. Estará deprimida, pobre chica.
Y allí queda la muchacha, esperando eternamente en el café del aeropuerto. El viejo café Marina, dónde años atrás, se había sentado por primera vez esperando a que se hicieran las doce. Esperando a que quién fue su amor, cumpliera su palabra y bajara del avión en el que había dicho ir. Ese avión, en el que nunca llegó y al que ella esperó y esperó hasta perder la razón.



[3 de Julio, 23:06]

Él sigue queriéndote.


Nada más
poner un pie
en el suelo 
encharca-
do de la
calle,
reconocí
el coche
estaciona-
do metros
más a la
derecha.


Las luces estaban encendidas, y las gotas de la lluvia se dejaban ver a través de la luz roja de los faros traseros que brillaban junto a las farolas de la oscura noche.
Me puse la capucha y caminé hacia allí. Abrí la puerta, tomé asiento y, tras cerrar, me volví a descubrir la cabeza.
- Hola -tomó la palabra.
- Hola.
Oía el sonido de la lluvia chocar contra los cristales y veía las gotas resbalar por la luna. Sonaba una canción en la radio, a poco volumen.
- Te gustaba -comentó Rubén.
- Me sigue gustando -aclaré, sin moverme y sin dejar de mirar al frente.
- Pensaba que también habrías cambiado de gusto.
- Eso no lo puedo cambiar. Siguen gustándome las mismas cosas -respondí.
Él, quedó en silencio. Supuse, que los dos estábamos pensando lo mismo.
- Bueno, todas no -añadí. Sentí dureza en mis palabras y la expresión que adoptó Rubén confirmó mis pensamientos.
No habló. Lo agradecí.
- Bueno, buenas noches -me apresuré a volver a salir del vehículo, intentando evitar que él comentara algo sobre lo que yo acababa de confesar (o más bien, lo que acababa de mentir) y puse un pie fuera.
- A mí sí me siguen gustando las mismas cosas -me paralizó. Quedé con un pie fuera, y mi cuerpo dentro de su coche, pero no le miré -. Con la diferencia de la música. ¿Sabes?, yo escuchaba música fuerte, alegre. Hace tiempo que solo oigo música lenta, música con letras preciosas... con significado. Pero, por lo demás, me siguen gustando las mismas cosas: el fútbol, leer, tocar la batería, la biología... tú.
No, que no siguiera, por favor. Iba a marcar esas palabras en mi piel cual tatuaje. No podía seguir allí.
- Buenas noches -salí a enfrentarme con la lluvia.
En ella, al menos, nadie podía saber si las gotas mojaban mi rostro o si mis ojos estaban llorando de verdad.

From Dalhimen.

La vida en sí.

- La vida es esto, es problemas. La vida es arrepentirse, dudar, sufrir. Es incomprensión, es sentirse sólo, es llorar, reír. La vida es perder a gente y encontrar a otra. Es odiar, es amistad, es amor. Todo eso es la vida, y lo importante es llegar a viejo y decir: 'Yo he pasado esto, esto y aquéllo. Pero aquí estoy, y voy a morir. Pero voy a morir feliz porque he superado todos los elementos de mi vida, y llegado a estar hoy aquí.'.

From Dalhimen.

sábado, 22 de enero de 2011

Diario de una chica sin nombre.


Egoísmo.

Hoy, recuerdo que aquél día quedé destrozada. Se me alteraron las ideas, mi mente se descontroló, deseé muchísimas cosas que sólo se quieren cuando estás al límite y perdí el norte. Dejé de andar por mi sola y necesité, más que nunca, que me ayudasen a sostenerme. Y, por mucho que haga mucho tiempo desde aquello, cambió el enfoque de mi vida. Ya no voy al mismo lugar y las metas no son las mismas. Yo pensé, e incluso dije, que nunca le haría sentir lo mismo a nadie, y ahora veo que mentí. Destrozan y destrozo. Siento ser egoísta.

viernes, 21 de enero de 2011

Con las ganas - Zahara

Bueno, esta vez vamos a recurrir al talento ajéno, y es que esta canción no puede quedarse sin un lugar en este blog. Aquí os dejo la dulzura de Zahara y la preciosa letra de esta canción que, simplemente, toca fondo.

"Recuerdo que al llegar ni me miraste,
fui solo una más de cientos
y, sin embargo, fueron tuyos
los primeros voleteos.

Cómo no pude darme cuenta
que hay ascensores prohibidos,
que hay pecados compartidos,
y que tú estabas tan cerca.

Me disfrazo de ti.
Te disfrazas de mí.
Y jugamos a ser humanos
en esta habitación gris.

Muerdo el agua por ti.
Te deslizas por mí.
Y jugamos a ser dos gatos
que no se quieren dormir.

Mis anclajes no pararon tus instintos,
ni los tuyos, mis quejidos.
Y dejo correr mis tuercas
y que hormigas me retuerzan.

Quiero que no dejes de estrujarme
sin que yo te diga nada.
Que tus yemas sean lagañas
enganchadas a mis vértices.

Me disfrazo de ti.
Te disfrazas de mí.
Y jugamos a ser humanos
en esta habitación gris.

Muerdo el agua por ti.
Te deslizas por mí.
Y jugamos a ser dos gatos
que no se quieren dormir.

No sé que acabó sucediendo,
sólo sentí dentro dardos.
Nuestra incómoda postura
se dilató en el espacio

Se me hunde el dolor en el costado,
se me nublan los recodos,
tengo sed y estoy tragando,
no quiero no estar a tu lado.

Me disfrazo de ti.
Te disfrazas de mí.
Y jugamos a ser humanos
en esta habitación gris.

Muerdo el agua por ti.
Te deslizas por mí.
Y jugamos a ser dos gatos
que no se quieren dormir.

Me moriré de ganas de decirte
que te voy a echar de menos…
Y las palabras se me apartan,
me vacían las entrañas

Finjo que no sé, y que no has sabido.
Finjo que no me gusta estar contigo…
Y al perderme entre mis dedos
te recuerdo sin esfuerzo

Me moriré de ganas de decirte
que te voy a echar de menos.

Me moriré de ganas de decirte
que te voy a echar de menos..."

Son todo alegorías que nadie entiende.


Esto es como una gran metáfora dividida en partes, con sus respectivas motas de felicidad y sus palabras distantes, tristes y vacías. Pero te va limpiando por dentro, es como soltar la cuerda después de horas tirando de ella y ver como se escapa. Es una liberación, es un vacío de dolor. Simples letras, para otros, con un cúmulo de signifcado inentendible.

Diario de una chica sin nombre.


Seamos un poco leones.

Hoy, quiero tomar una decisión. Y esto, ya bien lo sabemos todos, no suele ser fácil. "Si lo hago...", "si no lo hago...", bla, bla, bla. Estamos llenos de 'peros', de condicionales, de palabras que indican diversas posibilidades y de negaciones. Veamos, ¿qué queremos? ¿Qué es lo que yo quiero? Si lo quiero de verdad, voy a consguirlo, al menos a intentarlo. Dejaré de lado el manipulador 'pero' y lo cambiaré por una frase afirmativa. Pues si nos paramos a deliberar los pros y contras de cada acción, de cada reacción, nunca nos decidiremos. Y así es cómo se va la vida, señoras y señores, entre unas decisiones y otras: así se escapan todas las oportunidades que desperdiciamos. Si se presenta un camino, cógelo.
Luego podría arrepentirme, pero no puedo hacerlo si primero no lo he intentado y, ¿quién sabe?, tal vez esperen mejores resultados de los que espero.
El león no se para a pensar qué consecuencias tendrá deborar al ciervo, simplemente se lo come.

Comienzo del final.


"Y me entretengo dando caladas
a este cigarro apagado.
Me he replanteado este vicio por ti,
aún no lo he superado."

miércoles, 19 de enero de 2011

Diario de una chica sin nombre: Crisis tercera:


Comienzas a discrepar.

Hoy, hace unos días que empezaron las dudas. Nos pasamos un gran porcentaje de nuestra vida pensando en el amor: "¿Me gusta?", "¿Le gustaré?", "¿Se habrá fijado en mí?", "¿Estaremos juntos mucho tiempo?", "¿Será fiel?".
Y es que este sentimiento tiene un gran papel en nuestras vidas y es, algunos dicen, totalmente necesario.
Pero a veces cuando llega, lo desaprovechamos. En cuanto te sientes incómodo, algo se rompe y sientes que las cosas han comenzado a cambiar.
Miradas, acciones, conversaciones, discusiones, discrepancias, vacíos de emociones, tergiversaciones, precipitaciones...
Y entonces te replanteas cosas que, en el fondo, no quieres ni mencionar.
A veces sabemos descifrar que es lo que queremos de verdad y nos guiamos por ello, pero en otras ocasiones cedemos a las primeras impresiones y somos capaces de buscarnos la ruina a nosotros mismos.
Creo que no debería perder nada que sea necesario, así no caeré.

miércoles, 12 de enero de 2011

Diario de una chica sin nombre:

Hoy, he aprendido que son las conductas reflejas. Es algo innato y no están regidas por el sistema nervioso central, si no por el periférico. Éste se encuentra a ambos lados de la médula espinal y solo llega hasta el bulbo raquídeo.

Son conductas involuntarias o automáticas.
Por ejemplo: El miedo, el aumento del latido del corazón, estornudar, la ansiedad...
Hay mucha gente que, cuando recibe una mala noticia, cuando tiene problemas o cuando se encuentra sola o nerviosa, padece crisis de ansiedad. Algunas personas sienten que poco a poco les va fallando la respiración, pueden tener una mala digestión, pueden sentir que se están ahogando... Cuando esto ocurre, pueden llegar a sentir que su corazón se va a parar en cuestión de segundos. Segundos, que parecen ser largos como una eternidad.
Hay otros que, en cambio, sienten ganas de vomitar. Se sienten vacios por dentro, secos, débiles y no pueden ni comer.
Puedes llegar a puntos en los que sientes que vas a morir.
Pero es algo reflejo, como su propio nombre indica. Y, por lo tanto, no se puede evitar.
¿Has llegado tú a sentir eso?
Lo dudo mucho, sinceramente. No tienes suficientes razones de peso como para sentir el mundo tan aplastante como lo he sentido yo.

[31 de Septiembre de 2010, 18:03]

La mierda de mundo en la que vivimos.

Material Externo
¿Es de este mundo del que estamos orgullosos? ¿Es este el sistema con el que estamos tan contentos? Habremos avanzado en la historia, habremos mejorado muchas cosas, pero seguimos tapando muchas otras que siguen igual.
Pregúntale a cualquier adolescente, y te dirá que ahora vivimos en mundo sin guerras.
Os faltan muchos dedos de frente. Hay miles de lugares donde aún se vive en guerra, pero aquí hay muchas tapaderas. ¿Para qué contar lo malo? Es mejor no mencionar a esos pobres desgraciados que siguen viviendo como si esto fuera la Edad Media y que el resto sigan viviendo tan normal. En vez de mejorar cosas, vamos a volver atrás. Cuando no se pase hambre, cuando dos países, cuando dos pueblos no luchen entre ellos, entonces podréis decir que hemos avanzado muchísimo. Porque si no, el mundo seguirá siendo tan injusto como lo ha sido siempre, y no habremos avanzado más de dos pasos.




[17 de Julio de 2010, 22:50]

Gracias.

Qué pena que aquello no durara más, porque fue perfecto mientras duró.
No sabes lo que agradeceré esas palabras... por mucho que todo no haya acabado bien. Tal vez, incluso me odies, pero por mucho que hagas o dejes de hacer y por mucho que me duela, GRACIAS, de verdad.

[17 de Julio de 2010, 22:52]

CHIST.

- Todo es una mierda...
+ No, yo tengo delante a algo que no.
- Estás ciego.
+ ¿De amor? Puede ser.
- Que mal gusto tienes.
+ Lo mismo te digo.
- Serás pavo...
+ Te has reído. ¿Ves? Te estás riendo.
- ¡De ti!
+ Mientras te rias, me da igual de que sea.
- ¿Por qué eres siempre tan optimista? Quisiera ser como tú...
+ Porque me gusta vivir la vida.
- ¿Y cómo lo haces? Enséñame.
+ Bésame.
- ¿Qué?
+ Bésame, grita, baila, canta. Haz lo que te apetezca.
- ¿Eso funciona?
+ Por supuesto. ¿No ves? Estás sonriendo. Eso es sólo el comienzo...
- Bien, pues cállate, que voy a besarte.


[18 de Julio de 2010, 23:43]
From Dalhimen.

sábado, 8 de enero de 2011

Actuación.


Vamos mentir, vamos a decirle a este mundo que somos muy felices y que nada nos duele. Vamos a fingir, vamos a hacerle ver al resto de gente que no tenemos ninguna herida. Vamos a actuar, digámosle a todos que lo máximo que podemos tener es un roce, un arañazo completamente superficial. Vamos a sonreír aunque queramos llorar, vamos a reír aunque no tengamos ni fuerzas para seguir en pie. Vamos a decir que estamos en una buena etapa aunque sea el momento más duro de nuestras vidas.
Vamos a mentirles a todos. Engañemos al mundo, engañémoslos a todos.
Pero a nosotros mismos no podemos engañarnos, porque en fondo sabemos que todo eso son mentiras, puras mentiras y actuación.
Y nuestra herida no es un arañazo, es un moratón. Los demás solo pueden ver la mancha que deja en la piel, pero nosotros sentimos el dolor interno, la rotura de las venas por las que ya no corre vida.




[19 de Julio de 2010, 14:36]

viernes, 7 de enero de 2011

My life.


Por una buena música al más alto volumen, bailar a saltos mientras canto. Por un abrazo de verdad, dado sin petición. La sonrisa de un verdadero amigo cuando se necesita, la mirada de ese alguien cuando no necesitas risas, y sus labios torcidos cuando sí las necesitas. Esa música lenta y tranquila, esa melodía a piano que tanto me hace llorar. Cantar lo más alto posible cuando no hay nadie en casa y los vecinos han salido. La enorme satisfacción de ver que algo sale bien, el radiante placer de ver que soy mejor en algo, la maravillosa perfección a la hora de hacer algo, por mucho que sólo yo lo vea. Mi asquerosa tendencia fijarme en todo, mi divertida curiosidad. El asiento de la ventanilla de la última fila del autobús, las conversaciones de todas las personas de alrededor, mis auriculares sonando lo más fuerte posible, la sensación de querer estar allí tres horas más. La soledad de un jueves tarde a las cinco de la tarde en el 23. La multitud a empujones un sábado por Maisonave. El aroma a nuevo de una tienda del centro comercial, el olor a libro recién comprado, el del cuero de la chaqueta de moda. El olor a suavizante de una sábana en pleno invierno mientras veo una película, la felicidad al ver que se enciende el calefactor, el contacto del agua calentita en un día de sol. El relajante sonido del mar, un día en la playa, pasear por la costa hasta que el sol se esconda y me haga volver. Sus tonterías, mis ganas de comerle, la necesidad de abrazarlo tres horas seguidas. Su tendencia al pacifismo, mis increíbles ganas de repetirle que le quiero. Sus insultos cariñosos, sus guarradas de broma. El alivio al ver que la persona que necesitas está ahí, esperándote. La conformidad que siento con tenerla, aunque eso signifique malas miradas, el placer de tener a alguien a quien querer, sin miedo a ser rechazada.
Mi música, mi razón de vivir, él, ella...
Todo ello, forma mi vida.


Tu turno: jaque mate.


Porque cada vida es un tablero, cada una de esas personas a las que queremos, una ficha. Y así vamos jugando la partida, arriesgando piezas para poder sobrevivir. Utilizamos estrategias para cubrir las espaldas e ir derrotando poco a poco a nuestro contrincante. Usamos la inteligencia para idear métodos con los que vayamos dejando al otro bando sin piezas, apretando sobre todo en las que más sabemos que duelen. Si la reina es la más necesaria, será la primera en morir.
Apretaremos donde más haga daño, y en cualquier despiste, haremos jake mate.
Yo no sé quien será nuestro contrincante: si Dios existiera, sería él.
En tal caso de que no exista, de lo que estoy muy segura, el bando contrario somos nosotros mismos, la vida en sí.








[25 de Junio de 2010, 19:28]

The love is so weak...

Ésto es como un juego: tras cinco días jugando terminamos aborreciéndolo. Nos cansamos de ciertas cosas que nos han llegado a gustar mucho en cuanto pasa un poco el tiempo: de jugar, de hablar con alguien, de esa camiseta, de aquella canción, de esa amiga, de un lugar...
Y es que el humano, a pesar de ser un animal inteligente, no es fácil de contentar y se aburre fácilmente de lo que le rodea. Incluso de sí mismo.
Lo peor es cuando alguien se da cuenta de que se ha cansado de cierta persona muy importante y siente que ya no la quiere de la misma forma. El amor se debilita y, en la gran mayoría de los casos, termina por morir.