lunes, 6 de diciembre de 2010

Cortocircuito emocional: Absolutamente sin vida.

Es difícil explicar en palabras lo que le sucedió. Pero si reprodujéramos la sensación en imágenes, serían, sin lugar a dudas, una progresión de fotografías que formaran la película de una lágrima cayendo poco a poco.

Imagínalo: una muchacha tirada en el suelo, las palmas de las manos abiertas y la las piernas muertas completamente. Un cuerpo absolutamente vacío de fuerza y unos músculos totalmente relajados. Y su cara, pálida como un jazmín, sin resquicio alguno de su color rosado original. La boca entreabierta que señala que miles de palabras querían salir de su boca antes de caer derrotada, pero que ninguna se había encontrado a sí misma significado o sentido alguno, entre el caos de sentimientos, que suficiente para abrirse paso hasta el exterior. El pelo alborotado rodea el contorno de su rostro, dándole unas pocas pinceladas de color. Cae como seda hasta tocar el suelo y reposa allí, la única mota de color que queda en su cuerpo.
Pero imagínate lo peor: sus ojos.

Inexpresivos, totalmente inexpresivos. La negrura que se abre paso en sus pupilas atemoriza a cualquiera que la mire. Dos pozos sin fondo, sin señal alguna de vida en su interior. Sus ojos están muertos.
Como su corazón. Porque, aunque un médico diría que sigue con vida -sólo porque su corazón sigue latiendo-, no es así. ¿Acaso que el corazón siga latiendo significa que siga viva? No, tiene por qué.
A esa muchacha no le queda nada en su interior, y por mucho que la sangre, a duras penas, siga recorriendo sus venas, eso no es estar vivo. Porque su cerebro no funciona, y su corazón no siente nada.
Es lo que ocurre cuando sientes tantas emociones y sentimientos, que tu cerebro no puede con tanta carga, y el corazón menos. Puedes llamarlo "cortocircuito emocional".
Ocurre cuando la tristeza te embarga de tal manera que sufres una "sobrecarga" de impotencia.
Pero estas palabras no son nada, deberías verla en persona, mirarla a los ojos, si es que te atreves a hacerlo. Observarla podría helarte la sangre de cualquier parte del cuerpo.
Pero, déjame decirte, que eso no sería nada.
Porque lo que de verdad es insufrible, es ser tú la que estás ahí tirada, prácticamente muerta, totalmente impotente, absolutamente SIN VIDA.


[5 de Marzo de 2010, 17:56]

No hay comentarios:

Publicar un comentario